Ser gorda es bello, por lo menos en Mauritania. En las zonas rurales es todavía así. Las nuevas generaciones, sin embargo, se oponen al leblouh, la práctica de hacer engordar a las mujeres, escribe el sitio web Magharebia.com La práctica del leblouh de origen árabe-bereber, consiste en hacer comer enormes cantidades de alimentos, si fuese necesario a fuerza, a las niñas y a las jovencitas, a menudo antes del matrimonio debido a que la obesidad es considerada tradicionalmente signo de belleza. Estar gordo significa también tener buena salud y ser rico. Una jovencita flaca no solamente corre el riesgo de quedarse sin marido, sino es igualmente "una vergüenza para las familias en algunos países, especialmente en las zonas más remotas”, explica un maestro local.
PRACTICA COMUN – Hace una generación, un tercio de las mujeres del país tenía “el engordamiento como medio”, pero hoy ha descendido a una entre diez, según el gobierno mauritano, que ha lanzado varias campañas contra esta práctica. Magherebeia.com cita un estudio de una asociación local “Practiqué el leblouh con mi hija Leila cuando tenía 10 años, porque quería que se casara y tuviera niños lo más pronto”, dijo a Magharebia.com una mujer llamada Khadija. “Es la misma cosa que mi madre, Dios, la proteja, hiciera conmigo”.
OPOCISIONES – Las chicas se oponen por varias razones. “La época de las tiendas y de la vida en el desierto ya pasó”, dice Fatimetou, estudiante de 22 años. “Estamos en la era de la globalización, y el fenómeno del Leblouh ha perdido su significado, debe desaparecer”. Mariem, otra estudiante, está más preocupada por las consecuencias de la obesidad en la salud. “Hay muchas mujeres que no pueden salir de sus casas porque están muy pesadas”. Los hospitales y clínicas privadas reciben a muchas con problemas ligados a la obesidad. Incluso, las personas más jóvenes, en la ciudad al menos, tienen gustos diferentes. “Queremos madres delgadas”, dijo Yusuf, negociante de 19 años, a la BBC. “Pero a algunos le gusta las mujeres gordas”
MATRIMONIO PRECOCES: sobre todo en el campo, el engorde de las mujeres está acompañado adicionalmente a los matrimonios precoces. “Me obligaron a casarme a los 14 años”, cuenta Vayza. “Me siento tan triste cuando veo a mis amigas con cuerpos delgados que frecuentan los superiores”. A veces las familias pagan a engordadoras profesionales para asegurarse que el peso de las chicas aumente. “Me gustaba cuando ya no podía comer más o cuando me provocaba vomitar”, cuenta Hoda, que tenía en ese entonces 8 años. “Me hacían tomar cinco litros de leche de un enorme contenedor. Era como si mi estómago cada vez fuera a explotar”. Selma cuenta que aumentó rápidamente de pesó y llegó a alcanzar 80 kilos a la edad de 15 años.
FÁBRICAS DEL ENGORDE” – “Les hago comer muchos dátiles, muchísimo couscous y otros alimentos grasosos”, dijo a la BBC Fatematou, una voluminosa mujer en los sesenta, que dirige una “fábrica de engorde” en la ciudad de Atar, en el desértico norte. “Las hago comer, comer, comer y después beber mucha agua toda la mañana y ya después pueden descansar. Se vuelve a hacer otra vez en la tarde. Así hacemos tres veces al día: mañana, tarde y noche”. A veces as niñas “ lloran y gritan", aseguró, pero " al final se acostumbran". Llegan a pesar entre 60 y 100 kilos. “He visto parir a chiquillas de 10 años. ¡Diez años! Cuando están gordas y bellas, pueden servir bien a sus maridos"
Viviana Mazza
Traducción de Nelson Méndez