El contacto con los diccionarios le hace bien a la salud y da placer
Los diccionarios son consultados de manera general cuando tenemos dudas de la escritura de alguna palabra. Pocos los leen como si se tratasen de romances o poemas épicos. ¡Qué lástima!, quizás si esas obras de referencia se utilizarán más, todo sería diferente.
Diferente, en este caso, para mejor.
El portugués tiene cerca de 400 mil palabras. El llamado “hombre común” utiliza durante toda una vida no más de tres mil vocablos. Fue Antonio Houaiss (1915-1999) quien hizo ese cálculo y quien hoy presta su nombre a uno de los más importantes diccionarios que circulan en Brasil.
Para unos, los lingüistas y escritores, el uso del diccionario es tan cotidiano como cerrar la puerta de la nevera.
En general, todas las fuentes consultadas afirman: estar en contacto con esos compendios hace (mucho) bien a la salud.
El escritor Luiz Ruffato cree que las personas que, como él, usan y abusan de esos bultos están inclinados a tener más facilidad para conquistar un lugar en la sociedad, debido a la adquisición del diferencial valorizado, el llamado amplio repertorio.
¿Padre de los burros?
Para nada. Al diccionario se le debe llamar la madre de los inteligentes.
Abrir un diccionario es permitirse saborear tantos placeres, únicos, que una lengua puede proporcionar.
Traducido de http://www.gazetadopovo.com.br
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3 comentarios:
muy buen articulo,concuerdo en los mismos puntos de vista. Creo también que puede ser algo divertido, le recomiendo este diccionario para que se entretenga:
http://www.urbandictionary.com/
Ta bueno ese diccionario. Me gustó lo de pi time.
Excelente sitio, hermano! Acabo de encontrar su ensayo sobre Juan Darién y me ayudó mucho pensar en este cuento de Quiroga...
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