Las esclavas del sexo en Irak nos cuentan sus travesías
La familia de Asma estaba atravesando serios problemas financieros cuando un hombre sobre los sesenta años le presentó al padre de la muchacha una propuesta que no podía rechazar: decía que quería contratar a Asma por 200 dólares americanos al mes para que atendiera a su madre discapacitada.
Historias dolorosas. La madre de Asma es ciega y su padre inválido, siempre luchando para llegar a final de mes. El hombre le aseguró a la pareja que Asma podría irlos a ver y que crecería junto a sus hijas. La indigente familia aceptó la oferta, pero Asma, de 17 años no tenía idea de las cosas que le estuviesen esperando. “Mi trabajo no consistía solamente en ocuparme de la cocina: me obligaban a tener relaciones sexuales con el hijo del hombre que me había contratado y con cuatro o cinco de sus amigos”, cuenta después de haberse escapado de una vida de esclavitud sexual. “Dejé la casa de mi padre virgen y ahora estoy…” Se interrumpe. Su padre no dice nada por otra parte “pongo nuevamente mi confianza en Dios”.
La situación de seguridad se está deteriorando y la ausencia de leyes ha consentido que la esclavitud sexual se propague en Irak. Los traficantes pueden vender sus víctimas sin miedo de ser castigados.
Según relación del Departamento de Estado de EE.UU. por el tráfico de personas, las muchachas, las jovencitas y los niños procedentes de familias pobres e incultas son obligados a la prostitución: revendidos en Irak y en países extranjeros como Siria, Jordania, Qatar, los Emiratos Árabes, Turquía e Irán.
En la inestable ciudad del noroeste, Mosul, cercano a la frontera con Siria, las muchachas y las jovencitas que provienen de familias indigentes y sin cultura, son particularmente vulnerables a la explotación sexual.
Como esclavas. Muchas de ellas, empleadas para labores domésticas, al final se convierten en esclavas sexuales. Khaled, de 45 años, admite rápidamente su implicación en el negocio del sexo. Vestida de jeans y una camiseta amarilla, cuatro o cinco anillos en los dedos y una pulsera en la muñeca. Este reportero ha sido testigo de haberla visto discutir con un cliente con respecto a si prefería una esclava de color o de piel blanca.
“Conozco a algunas familias que están dispuestas a hacerse mantener de sus hijas”, Ha dicho. “Algunas me piden si sus hijas pueden trabajar exclusivamente en la cocina, mientras otras personas cierran los ojos y dicen que no tienen idea que sus hijas serán usadas como prostitutas”. Otras mujeres buscan a Khaled por cuenta propia pero no siempre conocen bien su trabajo. Zaineb, 20 años, es una encantadora joven de piel olivastra. Se sentía responsable por la manutención de su familia. Su padre había sido arrestado por la policia norteamericana, su madre estaba enferma y sus hermanas menores necesitaban a alguien que se ocupase de ellas. Zaineb encontró trabajo a través de Khaled, pero descubrió con horror que había entrado en el túnel de la prostitución. “Debo tener relaciones sexuales con diversos hombres cada noche” cuenta Zaineb, que consiguió ponerse en contacto con el Instituto para Informes sobre la Guerra y la Paz (IWPR, por sus siglas en inglés). “Mi jefe y sus amigos me llevaban siempre a una granja, se embriagaban y después tenían sexo conmigo. Lloro, pido, ayudo a mis progenitores, pero ¿cómo puedo sentirme?”. Las víctimas de la esclavitud sexuale en Irak tienen poca ayuda por parte de la policía o de los tribunales. Las leyes iraquíes castigan exclusivamente la explotación de niños.
Una pesadilla infinita. Muchas mujeres son atrapadas en una red y reducidas a la esclavitud en Irak con la promesa de una nueva vida en el Golfo. Khaled ha convencido a la familia de Alia, de 18 años de edad, de que un hombre en el Golfo estaba ansioso de casarse con ella y le ha comprado el pasaporte y vestidos nuevos. “Como cada esposa era feliz”, cuenta. “Pero después de haber llegado al golfo, he descubierto que el esposo no era más que un gestor de un club nocturno que explotaba muchas otras mujeres iraquíes a través de la prostitución. Logré escaparme después de diez meses humillantes. Gritaba mientras uno hombre me hacía el sexo; me trataban como una esclava que había sido comprada. He perdido mis sueños, esperanzas y futuro”. El documento del Departamento de Estado advierte que el gobierno iraquí no le ha dado seguimiento a algún caso este año, no ha ofrecido protección a las victimas o hecho algún esfuerzo para prevenir o documentar el tráfico. Ha también documentado los esfuerzos necesarios para “tener controlada la complicidad de los funcionarios públicos en el tráfico de mujeres iraquíes”.
Sahar al-Haideri*
*Sahar al-Haideri fue una periodista que trabajaba para el Instituto para Informes sobre la Guerra y la Paz en Mosul. Fue asesinada en junio de 2007.
Historias dolorosas. La madre de Asma es ciega y su padre inválido, siempre luchando para llegar a final de mes. El hombre le aseguró a la pareja que Asma podría irlos a ver y que crecería junto a sus hijas. La indigente familia aceptó la oferta, pero Asma, de 17 años no tenía idea de las cosas que le estuviesen esperando. “Mi trabajo no consistía solamente en ocuparme de la cocina: me obligaban a tener relaciones sexuales con el hijo del hombre que me había contratado y con cuatro o cinco de sus amigos”, cuenta después de haberse escapado de una vida de esclavitud sexual. “Dejé la casa de mi padre virgen y ahora estoy…” Se interrumpe. Su padre no dice nada por otra parte “pongo nuevamente mi confianza en Dios”.
La situación de seguridad se está deteriorando y la ausencia de leyes ha consentido que la esclavitud sexual se propague en Irak. Los traficantes pueden vender sus víctimas sin miedo de ser castigados.
Según relación del Departamento de Estado de EE.UU. por el tráfico de personas, las muchachas, las jovencitas y los niños procedentes de familias pobres e incultas son obligados a la prostitución: revendidos en Irak y en países extranjeros como Siria, Jordania, Qatar, los Emiratos Árabes, Turquía e Irán.
En la inestable ciudad del noroeste, Mosul, cercano a la frontera con Siria, las muchachas y las jovencitas que provienen de familias indigentes y sin cultura, son particularmente vulnerables a la explotación sexual.
Como esclavas. Muchas de ellas, empleadas para labores domésticas, al final se convierten en esclavas sexuales. Khaled, de 45 años, admite rápidamente su implicación en el negocio del sexo. Vestida de jeans y una camiseta amarilla, cuatro o cinco anillos en los dedos y una pulsera en la muñeca. Este reportero ha sido testigo de haberla visto discutir con un cliente con respecto a si prefería una esclava de color o de piel blanca.
“Conozco a algunas familias que están dispuestas a hacerse mantener de sus hijas”, Ha dicho. “Algunas me piden si sus hijas pueden trabajar exclusivamente en la cocina, mientras otras personas cierran los ojos y dicen que no tienen idea que sus hijas serán usadas como prostitutas”. Otras mujeres buscan a Khaled por cuenta propia pero no siempre conocen bien su trabajo. Zaineb, 20 años, es una encantadora joven de piel olivastra. Se sentía responsable por la manutención de su familia. Su padre había sido arrestado por la policia norteamericana, su madre estaba enferma y sus hermanas menores necesitaban a alguien que se ocupase de ellas. Zaineb encontró trabajo a través de Khaled, pero descubrió con horror que había entrado en el túnel de la prostitución. “Debo tener relaciones sexuales con diversos hombres cada noche” cuenta Zaineb, que consiguió ponerse en contacto con el Instituto para Informes sobre la Guerra y la Paz (IWPR, por sus siglas en inglés). “Mi jefe y sus amigos me llevaban siempre a una granja, se embriagaban y después tenían sexo conmigo. Lloro, pido, ayudo a mis progenitores, pero ¿cómo puedo sentirme?”. Las víctimas de la esclavitud sexuale en Irak tienen poca ayuda por parte de la policía o de los tribunales. Las leyes iraquíes castigan exclusivamente la explotación de niños.
Una pesadilla infinita. Muchas mujeres son atrapadas en una red y reducidas a la esclavitud en Irak con la promesa de una nueva vida en el Golfo. Khaled ha convencido a la familia de Alia, de 18 años de edad, de que un hombre en el Golfo estaba ansioso de casarse con ella y le ha comprado el pasaporte y vestidos nuevos. “Como cada esposa era feliz”, cuenta. “Pero después de haber llegado al golfo, he descubierto que el esposo no era más que un gestor de un club nocturno que explotaba muchas otras mujeres iraquíes a través de la prostitución. Logré escaparme después de diez meses humillantes. Gritaba mientras uno hombre me hacía el sexo; me trataban como una esclava que había sido comprada. He perdido mis sueños, esperanzas y futuro”. El documento del Departamento de Estado advierte que el gobierno iraquí no le ha dado seguimiento a algún caso este año, no ha ofrecido protección a las victimas o hecho algún esfuerzo para prevenir o documentar el tráfico. Ha también documentado los esfuerzos necesarios para “tener controlada la complicidad de los funcionarios públicos en el tráfico de mujeres iraquíes”.
Sahar al-Haideri*
*Sahar al-Haideri fue una periodista que trabajaba para el Instituto para Informes sobre la Guerra y la Paz en Mosul. Fue asesinada en junio de 2007.
Artículo original en: http://www.peacereporter.net/dettaglio_articolo.php?idpa=&idc=6&ida=4&idt=&idart=8317
3 comentarios:
Γνωρίζατε ότι ο ιδιοκτήτης αυτού του blog είναι ένα δράστη σεξ;
Γνωρίζατε ότι ο ιδιοκτήτης αυτού του blog είναι ένα δράστη σεξ;
Publicar un comentario